El IAE pone a disposición de la sociedad un barómetro para monitorizar las tasas de mortalidad en España

  • Permite estimar las variaciones de la esperanza de vida estableciendo un sistema de alerta temprana para adelantar medidas en caso de que se detecten situaciones potencialmente disruptivas
  • España es el primer país de la UE que dispone de la monitorización de las tasas de mortalidad -y su impacto en economía, pensiones y sector asegurador- por parte de su colegio profesional actuarial
  • El barómetro estima que la vuelta a la mortalidad pre-pandemia se alcanzará antes de finales de junio de este año. El grupo de ciudadanos mayores de 75 años, de hecho, ya lo ha alcanzado


Madrid, 25 de abril de 2022

El Instituto de Actuarios Españoles (IAE) anuncia la creación y disponibilidad de un barómetro actuarial para el seguimiento continuo de las tasas de mortalidad y supervivencia de la población en España. El objetivo del Instituto es poner en manos de la sociedad una alerta temprana ante cambios inusuales del número de fallecimientos en el país y, con ello, ayudar a adelantar medidas y toma de decisiones en las administraciones públicas, la industria del seguro, las universidades, el tercer sector, los institutos de investigación o las fundaciones, entre otros organismos, en caso de que se detecten situaciones potencialmente disruptivas.

Como explica Fernando Ariza, vicepresidente del Instituto de Actuarios Españoles “La pandemia por Covid-19 ha evidenciado la necesidad de contar con modelos que ayuden a tener datos reales, y de forma rápida y continuada, de las tasas de mortalidad en nuestro país. La nueva herramienta de monitorización se ha diseñado especialmente para emitir informes desde el Instituto cuando se detecte cualquier alerta de cambio significativo en la mortalidad de la población española y cuyo conocimiento inmediato pueda ser de utilidad social a distintos niveles. El barómetro permitirá una gestión fundamentada en modelos predictivos y preventivos, complementando a la gestión tradicional, hasta ahora más pasiva y reactiva.”

El nuevo modelo permite hacer un seguimiento continuado de las tasas de mortalidad y esperanza de vida a escala nacional, tanto por género como por cohortes poblacionales, con el concurso de la profesión actuarial y trabajando con tres indicadores clave: tasa de mortalidad acumulada, tasa de mortalidad relativa y factor de mejora acumulado. El barómetro se nutre de los datos de defunciones semanales proporcionados por el INE, por lo que la monitorización de las tasas se hace de forma inmediata una vez publicados dichos datos.

Solo existe un modelo similar en el Reino Unido, denominado Continuous Mortality Investigation (CMI), que realiza el Institute and Faculty of Actuaries (IFoA). Tras el Brexit, gracias al nuevo barómetro del IAE, España es el primer país de la Unión Europea que cuenta con la posibilidad de monitorizar de forma continua las tasas de mortalidad, un hecho que consolida la posición del IAE como entidad que promueve y desarrolla la innovación y la investigación actuarial al servicio de la sociedad en el espacio europeo.

Impacto en economía, pensiones y sector asegurador

La observación de variaciones discretas o de tendencia continua constituye una
herramienta de salud pública pues investiga sus causas subyacentes (enfermedades, sucesos de la
naturaleza, etc.) y fortalece las políticas públicas sanitarias. Asimismo, permite observar
tendencias de mortalidad y de cómo impactan las situaciones de crisis financiera y social en la
incidencia de algunas enfermedades graves y crónicas como accidentes cerebrovasculares, infartos,
neoplasias malignas, diabetes, etc.

Ante un riesgo como es el de la mayor supervivencia humana que, por su trascendencia
en la solvencia de las entidades de seguros mantiene unos requisitos de capital exigentes, poder
anticipar su evolución de manera preventiva aplicando el barómetro actuarial fortalece el balance
de estas entidades que gestionan el riesgo biométrico de longevidad.

En este sentido, como explica Ariza, “El barómetro posibilita reevaluar de forma continua el
riesgo de tendencia de la mortalidad/longevidad y, por tanto, anticipar el impacto en los pasivos
actuariales de las entidades financieras. Así, se puede llevar una gestión activa del riesgo y
dar soluciones financieras y aseguradoras más apropiadas y con mayor anticipación cuando se
detecte una mayor supervivencia, y proporcionar a los ciudadanos una propuesta adecuada de
cobertura de ahorro, seguro e inversión por parte del sector asegurador y así mitigar posibles
situaciones de precariedad tras la jubilación
”.

Desde el IAE, además de las utilidades sociales y económicas enunciadas, se muestra total
flexibilidad para aplicar cualquier propuesta de ampliación de alcance del barómetro, ya
que se trata de una herramienta flexible y evolutiva.

Supervivencia al Covid-19 a corto y medio plazo

El IAE puso en marcha el proyecto en la segunda mitad de 2020 con un doble fin: a corto plazo,
monitorizar el impacto del Covid-19 en las tasas de mortalidad de la población española; y, a
largo plazo, ofrecer a la sociedad una herramienta de detección temprana de cambios
inusuales de la mortalidad (debidos, por ejemplo, a olas de calor, gripe, fenómenos catastróficos,
nuevas pandemias, etc.).

De cara a las métricas para sus primeras monitorizaciones, centradas en el impacto de la pandemia
por Covid-19, el Instituto utilizó el periodo 2010-2022, lo que ha permitido comparar la
mortalidad actual con el promedio de la mortalidad en el periodo 2010-2019.

Los análisis elaborados por el barómetro actuarial estiman que la vuelta a la
mortalidad pre-pandemia se alcanzará en el primer semestre de este año. “Los datos muestran que
la mortalidad total en 2021 se redujo muy significativamente en comparación con la de
2020, y en el 2022 es solo un 2% superior a la de 2019. Todo parece indicar así que en el primer
semestre de este año volveremos a la mortalidad pre-pandemia
” expone Fernando Ariza.

Asimismo, el barómetro actuarial muestra que las edades que ya han alcanzado la mortalidad pre-pandemia son aquéllas más castigadas por la pandemia, sobre todo los mayores de 75 años. A finales del pasado mes de enero la mortalidad en esta franja de edad se situaba ya a nivel de 2019.