La profesión de Actuario

A continuación reproducimos el artículo «La profesión de actuario» que publica el BDS (Boletín Diario de Seguros) de 23 de febrero de 2017.

La profesión de actuario

Gregorio Gil de Rozas
Presidente del Instituto de Actuarios Españoles

El entorno de la celebración de la Semana del Seguro de INESE es un momento óptimo para hablar de los muchos y buenos profesionales del sector, entre los que se encuentran los actuarios de seguros. Y especialmente lo es para hablar de futuro. La profesión de actuario tiene ante sí grandes retos y buenas perspectivas, fruto del trabajo constante e incesante de quienes la ejercemos y de quienes la representan o han representado desde la Junta de Gobierno del Instituto de Actuarios Españoles (IAE).

Las funciones de gobernanza en el marco de Solvencia II, la valoración actuarial de indemnizaciones patrimoniales en el nuevo Baremo de Autos, el informe especial de revisión de la situación financiera y de solvencia, el Data Science o la gestión de riesgos empresariales (Enterprise Risk Management) son algunos ejemplos de realidades –los primeros- y también de retos que afrontar –los últimos-.

En España, el regulador valora la necesidad de que determinadas funciones sean desempeñadas por profesionales altamente cualificados, constituyendo así una garantía de cara a las empresas, las administraciones públicas y, sobre todo, para los consumidores y usuarios.

Sucede en muchas profesiones, cuyo ejercicio está sometido a garantizar a la sociedad la adecuada cualificación de los profesionales. A todos nos vienen a la mente profesiones como médicos, abogados, o arquitectos.

Pues bien, al igual que en estas profesiones, la profesión de actuario tiene en España las mismas características fundamentales: es una profesión regulada, con reservas de actividad y colegiación obligatoria.

Nuestro ordenamiento jurídico establece que actuario es quien ha obtenido un título superior universitario de carácter avanzado y especializado en ciencias actuariales y financieras. En otras palabras, quien posea un nivel de Master en Ciencias Actuariales y Financieras (el nivel 3 del Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior, al que están homologados los poseedores de la preexistente Licenciatura de idéntico nombre).

El legislador le da una gran importancia a la figura del actuario en la legislación de planes y fondos de pensiones, en la legislación de ordenación de seguros, en la valoración de compromisos por pensiones del sector bancario, o en la valoración de daños personales por accidentes de tráfico.

Pero como profesión dinámica, se encuentra además incorporando competencias profesionales de Data Science, como aplicación avanzada del Big Data, y de gestión de riesgos empresariales (ERM). El IAE está dando un primer paso de cara a incorporarse a la Asociación CERA para que los actuarios españoles se puedan acreditar como expertos en gestión de riesgos CERA (Certified Enterprise Risk Actuary). Y más allá aún, sentando las bases de un modelo de formación continua CPD.

Los actuarios estamos comprometidos con la sociedad, contribuyendo en sintonía con el regulador a la estabilidad de la industria, y adaptándonos a las nuevas tendencias profesionales. En definitiva, asumiendo los retos del futuro desde una consolidada y acreditada responsabilidad profesional.