Entrevista a los 2 primeros Miembros de Honor del Instituto: «Los actuarios tenemos un papel clave que desempeñar».

BDS ha publicado una entrevista con Luis Mª Sáez de Jáuregui y Thomas Bèhar, primeros Miembros de Honor del Instituto de Actuarios Españoles.

Dado su interés, se recoge íntegramente la entrevista, publicada en abierto en el BDS.


El Instituto de Actuarios Españoles acordó el 30 de septiembre en Asamblea General nombrar como sus primeros Miembros de Honor a los actuarios Luis Mª Sáez de Jáuregui y Thomas Bèhar, “en virtud de sus innumerables e importantes aportaciones para el desarrollo de la profesión y del Instituto”. BDS ha tenido la oportunidad de analizar con ellos el valor que su profesión en la industria aseguradora, el impacto, desde el punto de vista actuarial, de la pandemia de la Covid-19 en el seguro y, sobre todo los retos de futuro para el actuario y para el industria aseguradora.

Luis María Saez de Jáuregui
Luis Mª Sáez de Jáuregui Sanz
Thomas Bèhar
Thomas Bèhar
  • ¿Cómo valora personalmente este reconocimiento?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

Me siento totalmente abrumado por esta enorme distinción que hace el Instituto de Actuarios Españoles, máxime cuando es la primera vez en ochenta años de historia del Instituto como corporación oficial de derecho público. Es realmente un gran honor para mí y para mi familia y lo recibo con total humildad, lealtad y amor hacia la institución y hacia el conjunto de todas las personas que conforman nuestra querida profesión actuarial. Son muchísimas las personas que me han ayudado a las que quisiera agradecer su apoyo y cariño, y también son muchas las personas que se merecen esta distinción. A todas ellas, desde mi corazón y admiración, muchísimas gracias.

Thomas Bèhar

Haber sido designado como Miembro de Honor del IAE es un gran honor para mí, que agradezco a todos los compañeros de España con quienes colaboro tanto en la AAE como en la IAA. Soy firme creyente del valor que aportamos a la sociedad desde la fortaleza y la unión de la profesión actuarial. Esta fortaleza y esta contribución son aún más importantes a medida que establecemos puentes e interactuamos entre asociaciones y colegios profesionales actuariales para construir una respuesta común a través de la AAE y de la IAA. La influencia de las asociaciones profesionales latinas es fuerte por los vínculos que hemos construido a lo largo de los años entre las asociaciones de Europa y América Latina. Valoro esta distinción como un reconocimiento del sólido vínculo entre el Institut des Actuaires y el Instituto de Actuarios Españoles.

  • ¿Cómo ven, desde su larga experiencia profesional, la evolución que ha tenido la función de actuario en los últimos años?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

El actuario, como profesión regulada con reserva de actividad, en los últimos años ha continuado ganando una cuota importante de responsabilidad, derivado del rigor en la gobernanza que se impone con las normativas europeas que trasponen tanto Solvencia II en el ámbito de los seguros como IORPs II en el ámbito de planes y fondos de pensiones. En concreto, ambas directivas encargan a los actuarios labores de actuación concretas, incluso a los actuarios independientes que ejerzan una función de control.

En España esta responsabilidad se ve reflejada en nuestro ordenamiento jurídico, en donde el actuario juega un papel muy relevante, tanto en la primera línea de defensa, por ejemplo con las bases técnicas, las cuales deberán ser suscritas por un actuario, como en la segunda línea de defensa o en la tercera línea. Es relevante destacar la figura del actuario y de la ciencia actuarial en normativas recientes, como son: (i) el Real Decreto 1060/2015, de 20 de noviembre, de ordenación, supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras; (ii) la Circular 1/2017 relativa al informe especial de revisión del SFCR; (iii) la normativa reguladora de planes y fondos de pensiones, con sus últimas modificaciones introducidas por el Real Decreto 738/2020; (iv) o también la normativa sobre el Baremo de Autos introducida por la Ley 35/2015 y su Guía de Buenas Prácticas.

Por todo lo anterior, es también muy importante en la evolución de la profesión actuarial todo lo relacionado con: (i) los estándares profesionales actuariales, como la ESAP1, recogida en el ordenamiento jurídico, (ii) el código de conducta de la profesión, cuya actualización entrará en vigor en 2021 y (iii) el seguimiento de la formación continua, en su siglas en inglés CPD, Continuing Professional Development.

Thomas Bèhar

Los actuarios siempre hemos sido un valor fundamental de la industria aseguradora, trabajando para aseguradoras, consultoras o reguladores. Participamos en el establecimiento de precios, en la valoración de riesgos, y en la determinación de la rentabilidad. Y estamos vinculados a la incertidumbre del futuro, pues la razón de ser del asegurador es brindar al asegurado una protección para el mismo. Ayudamos a que este compromiso tenga la certeza de cumplirse en un entorno de incertidumbre.

En Francia, los actuarios también tienen una destacada responsabilidad en las entidades bancarias y financieras, con una perspectiva similar.

Estas funciones han existido y seguirán existiendo.

Dicho esto, las responsabilidades de los actuarios han ido evolucionando sumando nuevas competencias. Ahora tenemos más funciones con Solvencia II, como la función actuarial y la función de gestión de riesgos, que requieren de una gran labor de documentación y justificación en nuestros informes. Pero ello no cambia el rol intrínseco del actuario.

Quizás una evolución se haya producido con la ciencia de datos. Podemos ver que los actuarios tenemos la capacidad de ser la interfaz entre los programadores de ciencia de datos y los desafíos de la industria aseguradora, reforzando el papel de los actuarios en las empresas con nuevos campos de actividad.

  • ¿Cómo se ha elevado el nivel formativo de los actuarios en los últimos años? ¿En qué áreas concretas? Hay algún área de mejora?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

La referencia formativa del actuario emana del Core Syllabus de la Actuarial Association of Europe que tiene una revisión periódica para actualizar y elevar el nivel formativo con nuevas tendencias en técnicas actuariales. Elementos relacionados con big data o smart data, con valoraciones financieras avanzadas, como el market consistent embedded value, o con nuevas formas de modelizar y cuantificar riesgos catastróficos son ejemplos que han elevado claramente el nivel formativo de los actuarios.

Asimismo, dentro del universo actuarial se ha desarrollado relativamente hace poco tiempo una disciplina denominada Certified Enterprise Risk Actuary (CERA) con la que se acredita la capacidad de gestión de riesgos global que abarca un plan de estudios a nivel mundial que combina la ciencia actuarial con los principios teóricos, prácticos y profesionales de ERM (Enterprise Risk Management), dentro de los más altos estándares profesionales, con un código ético y requisitos educativos rigurosos. Es reconocido mundialmente y transferible internacionalmente, aplicando conocimientos tanto cualitativos como cuantitativos de ERM. Ésta es una área clara de expansión y desarrollo para los actuarios.

Thomas Bèhar

He sido profesor de ciencia actuarial durante los últimos 21 años, aunque, dadas mis responsabilidades actuales como CFO de la aseguradora CNP, he tenido que reducir esta actividad a únicamente tres clases anuales.

Incertidumbre, riesgo, análisis de datos, vida y decesos, frecuencias y costes, reservas… no han variado mucho. Lo que sí ha cambiado es todo lo relacionado con la evolución que ha experimentado la profesión actuarial: regulación, aplicaciones, Solvencia II, ORSA, IFRS17, IAS19… Ahora también se aprende además análisis de datos, machine learning, o lenguajes de programación como Python. Y el profesionalismo también se ha incorporado al Core Syllabus de la profesión.

Sin duda, siempre se puede mejorar. Debemos mantener el objetivo de formar a los estudiantes para que triunfen como actuarios en su entorno profesional. La formación no es abstracta, sino la fuerza de nuestra profesión.

El alto nivel de conocimientos matemáticos es otra fortaleza de los estudios. Y la práctica profesional es muy importante para afianzar el conocimiento en el campo de la gestión de riesgos.

Se requieren habilidades de programación avanzadas en nuestro trabajo, que deben ser objeto de mejora en algunas escuelas o universidades. Es evidente que se pueden mejorar los conocimientos en tecnologías de la información, y que deberíamos llamar la atención sobre las nuevas tecnologías y sus aplicaciones (por ejemplo, nuevas herramientas de business intelligence).

Las habilidades de comunicación y gestión empresarial también merecen un enfoque particular: los actuarios deben aprender a comunicar, así como obtener nociones de gestión empresarial, dado que se prevé su desarrollo profesional y la asunción de nuevas responsabilidades en las empresas.

La formación ya no se termina en la universidad. La formación continuada (CPD) es importante; en Francia es obligatoria para mantener el estatus de «actuario certificado». Se ha avanzado mucho en la formación interna en las empresas. Y también se dedican muchos recursos a la formación en soft skills, como la comunicación o la gestión. En cuestiones actuariales, también hay una gran oferta. Actuview es una herramienta muy útil para esto. Las asociaciones y colegios profesionales también ofrecemos seminarios y webinars, y formamos a los actuarios para acreditarse CERA o en ciencia de datos.

  • ¿Tiene la profesión el reconocimiento que se merece dentro del sector asegurador?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

Sin duda, la profesión de actuario tiene un elevadísimo nivel de reconocimiento tanto en España como en Europa, y prueba de ello son las referencias continuas a la profesión y la participación de la profesión en favorecer el desarrollo del sector asegurador y financiero, mediante evacuación de consultas realizadas por organismos y autoridades nacionales e internacionales sobre aspectos relevantes de la técnica aseguradora, formando la profesión, por ejemplo, parte de la Junta Consultiva de Seguros y Fondos de Pensiones del Ministerio de Economía, órgano oficial cuya función fundamental es informar los proyectos de disposiciones de carácter general sobre materias directamente relacionadas con los seguros privados, los reaseguro, los planes y fondos de pensiones y la mediación y distribución de seguros y reaseguros.

Incluso otro ejemplo de reconocimiento es el reciente nombramiento del Instituto de Actuarios como organismo colaborador de la Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera AMCESFI conforme al Real Decreto 102/2019.

Thomas Bèhar

En Francia, los actuarios no tienen el reconocimiento legal que tienen en España. Autorregulamos la profesión, y ser miembro del Institut des Actuaires está muy bien valorado, siendo un sinónimo de garantía y calidad. Nosotros contamos con vías de acceso a la profesión a través de una extensa carrera práctica y de formación profesionales para quienes no hubiesen obtenido la cualificación por la vía de la titulación universitaria.

El Institut des Actuaires es la referencia de la industria aseguradora y del regulador, quienes requieren de nuestra colaboración para cuestiones de índole actuarial.

En Francia, para un CEO o un CFO, tener actuarios que sean miembros del Institut des Actuaires ejerciendo la función actuarial o la de gestión de riesgos les proporciona mayor confianza en la calidad del trabajo que realizan. En Francia, no solo quienes ejercen la función actuarial son miembros del Institut, sino también una parte predominante de los CRO de la industria aseguradora.

  • ¿Se puede valorar ya, desde el punto de vista actuarial, el impacto de la pandemia en el seguro?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

En muchos sentidos, desde una perspectiva actuarial, existe ya claramente un impacto importantísimo de la pandemia en el seguro.

Desde el momento en el que la OMS declaró el 11 de marzo a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 como una pandemia global, se han confirmado ya, hasta el momento, casi 60 millones de casos diagnosticados en más de 180 países, con más de 1,4 millones de muertes. A la vez, la crisis sanitaria ha derivado en una crisis económica con caídas generalizadas del PIB a nivel mundial, generando una situación técnicamente de incertidumbre —con lo mucho que desde una perspectiva actuarial y del riesgo implica esta palabra— a la espera del despliegue en la población de la anunciada ya vacuna efectiva por parte de varias farmacéuticas internacionales.

Desde una perspectiva actuarial, esta crisis ha estresado toda la estructura aseguradora, con una bajada del valor de los activos a la vez que una mayor volatilidad, manteniéndose bajos los tipos de interés en Europa, incrementándose los spreads de crédito de la deuda pública y privada y con mayor probabilidad de default, con grandes desafíos en las tasas de retención de las carteras a la vez que fuertes bajadas de las tasas de nueva producción de los negocios, que ponen en evidencia la eficiencia de la entidad derivada de sus costes fijos, incrementándose, a la vez, el riesgo operacional.

Todo ello tiene un efecto sobre las coberturas de capital, la liquidez, el retorno de capital y la disponibilidad de dividendos para los accionistas.

Así, actuarialmente existen al menos tres aspectos relevantes que acometer de manera inmediata:

1.- Revisión de todas las Bases Técnicas Actuariales para adaptarlas a todos los posibles impactos mencionados, adaptando su pricing y su reserving conforme a lo establecido en los artículos 118 y siguientes, dentro del capítulo VI relativo a conductas de mercado, del ROSSEAR y, a la vez, crear, si procediese, nuevas normas de suscripción adaptadas al nuevo entorno. En el ámbito de la biometría actuarial, la entidad aseguradora debe analizar el impacto en la longevidad, mortalidad y morbilidad que la Covid-19 ha provocado en las diversas generaciones, recogiendo dicho impacto en todas las tablas actuariales.

2.- Generación de directrices, a través de la función actuarial y de la de gestión de riesgos, para el cumplimiento de los requisitos de capital regulatorio y el uso de análisis de stress test y escenarios para evaluar las posibles tendencias de los riesgos garantizados en los contratos.

3.- Generación de ideas de nuevos productos que sean capaces de cubrir las nuevas necesidades de clientes y distribuidores ante la situación a la que nos enfrentamos.

El Own Risk and Solvency Assessment (ORSA) realizado periódicamente por la entidad es la herramienta ideal para dar una idea del impacto de la Covid-19. En caso que en el ORSA no se hubieran previsto escenarios representativos, se puede requerir un ORSA ad hoc para considerar aquellos riesgos no abordados.

En conclusión, el impacto de la Covid-19 es ya múltiple y profundo desde una perspectiva actuarial. No es momento de esperar, es momento de actuar.

Thomas Bèhar

Recuerdo cuando, al comienzo de la pandemia, todos estábamos tratando de predecir cuántos muertos y enfermos habría. Pero no era ciencia actuarial, sino una pura coyuntura puntual. Primero, no teníamos datos, y tampoco conocíamos la enfermedad. ¡No eran cuestiones actuariales!. Obtener los datos de China, que no eran muy correctos, nos dio la oportunidad de crear modelos. Por supuesto, como los datos eran incorrectos, el resultado del modelo también era incorrecto. Entonces valoramos mucho la recopilación de datos que realizó la John Hopkins University (USA), que nos permitió tener datos reales.

Ha pasado el tiempo, y los gobiernos han actuado. El resultado no es un riesgo puro en relación con la enfermedad, sino que la situación actual depende claramente de las acciones de los gobiernos: períodos de cuarentena y confinamiento, de su rigidez o flexibilidad, de la capacidad hospitalaria, de la capacidad de anticiparse a las olas, la vacuna, su estrategia de despliegue…. Cuando nos hayamos puesto la vacuna, veremos cómo se ha gestionado la crisis y limitado el impacto de la enfermedad.

En Francia se están discutiendo los seguros de continuidad de negocio, y preparándose un plan nacional al que el Institut des Actuaires está  contribuyendo.

Las asociaciones y colegios profesionales, así como la IAA, han realizado seminarios web sobre el COVID19, y se han proporcionado valiosas fuentes de datos y trabajos sobre el impacto de dicha enfermedad.

A través del Comité Científico de la IAA que presidí, leí y revisé un excelente documento sobre pandemias. Está bien escrito y ofrece una visión general de las implicaciones de la enfermedad a través de la experiencia del Covid 19 y de pandemias anteriores. Espero que esté pronto disponible para su publicación.

  • ¿Cuáles son los principales retos para la profesión de actuario a medio plazo?

Luis Mª Sáez de Jáuregui

Los retos de la profesión de actuario están muy en relación con retos de la sociedad, de industria financiera y de la aseguradora en general. Son retos relacionados con la gestión de riesgos.

Así, los retos son múltiples. Entre otros, por ejemplo, en el campo de vida y pensiones están los referentes a la gestión de los riesgos de longevidad, de los riesgos de mercado, de crédito o contraparte y de los tipos de interés muy bajos sostenidos en el tiempo, y sus consecuencias en la entidad aseguradora o en la previsión social junto con fórmulas de sostenibilidad actuarial de los sistemas de seguridad social. En el campo de P&C, hay otros retos relacionados, por ejemplo, con nuevas formas de tarificación en riesgos cibernéticos, en autos, en riesgos catastróficos o la creación de índices actuariales climáticos.

Thomas Bèhar

El riesgo para las profesiones es que las asociaciones pierdan su esencia y se conviertan en algo parecido a un sindicato, en una herramienta de comunicación o en un proveedor de formación, dejándose atrás que como profesión debemos trabajar por el bienestar de la población.

Otro riesgo es que la profesión no actúe de forma global, nuestra fortaleza proviene de ser una profesión global. Las asociaciones no pueden mirar dentro de su país. La American Academy of Actuaries, el organismo profesional en los Estados Unidos, ha dejado la IAA, lo que lamento. Todavía están la SOA y CAS dentro de IAA, grandes asociaciones. Confío en que la evolución de la política estadounidense ayude a la IAA a mantenerse fuerte a nivel mundial y haga que la AAA vuelva a estar en la IAA.

A nivel europeo, la AAE funciona bien. Wilhelm Schneemeier es el presidente actual y está haciendo un gran trabajo. Hemos hecho una rotación entre Francia y España en el Board, y mi amigo Luis Mª Sáez de Jáuregui es ahora miembro del Board de la AAE. Desde la AAE construimos nuestra profesión en Europa, dando voz única a las instituciones europeas, y deberíamos reforzarla dotándola de más medios.

Aparte de la pandemia, hay otros dos asuntos que demandan nuestra prioridad: el entorno de reducidos tipos de interés e IFRS17.

No creo en un mercado financiero tan dirigido por el BCE. Ayudar a los gobiernos a gestionar la crisis de la pandemia es una opción política válida, y evitar así una crisis económica adicional a la de salud, pero me pregunto si podemos basar nuestros pronósticos a largo plazo para el cálculo de las mejores estimaciones en una medida basada en un mercado financiero que es sólo el resultado de una elección política hecha en el momento actual. Nada permite mantener este escenario como valor central para el futuro.

Sin embargo, como actuarios tenemos que afrontar la situación, dar una imagen clara de la situación de la empresa y ayudar a encontrar soluciones. Los actuarios debemos tener mucho cuidado en la forma en que redactamos nuestros informes y damos una visión correcta para la toma de decisiones. Los actuarios tenemos un papel clave que desempeñar, y nuestra claridad de juicio importa.

Las IFRS17 es el segundo tema. No es una norma clara que proporcione una manera fácil de entender la industria aseguradora. Los actuarios tenemos un papel clave que desempeñar para definir los KPI adecuados que se puedan extraer de las medidas de IFRS17 y para comprender el nuevo resultado de las empresas. El enfoque multiestándar (Solvencia II, principios contables generalmente aceptados, IFRS…) será un desafío de comunicación para nosotros, los actuarios.

  • ¿Cuáles son los principales retos para el sector asegurador a medio plazo? Y en tu país y en Europa?

Luis Mª Sáez de Jáuregui:

Los retos de la industria aseguradora son comunes en España y en Europa. Entre otros estarían los siguientes: la gestión de la pandemia y sus consecuencias, la digitalización, nuevos comportamientos de los clientes, las nuevas formas de distribución eficientes, nuevas formas de trabajo, el contexto económico, los bajos tipos de interés, la longevidad, la salud, el cambio climático, el vehículo autónomo, el internet de las cosas, los ciberriesgos o los riesgos ASG. Sin duda, un panorama apasionante.

Thomas Behar:

Creo que los desafíos de la profesión actuarial y de la industria aseguradora están relacionados. Los actuarios debemos ser claros en los diagnósticos, pero actuar como socios comerciales para encontrar las soluciones adecuadas tanto para la sociedad como para la industria aseguradora.

Versión íntegra de la entrevista recogida en el BDS 2 diciembre 2020

Autor: David Leonor